viernes, 10 de mayo de 2013

 Reseña Histórica del RelojPor EvelinaSánchez Viuda SociasEn el año 1890, Montecristi era una ciudad próspera en el comercio y en la producción. La sociedad se encaminaba por metas de superación. En 1893, un venezolano de nombre Benigno Daniel Conde Vásquez empleado en contabilidad de la poderosa Casa Comercial Jiménez y Cia., laborioso y de preclara inteligencia natural, concibió la idea de establecer un reloj del que se carecía y pensó en que fuera instalado en la antigua Plaza de Armas, hoy Parque Duarte.Para tal fin comunicó su idea al Ayuntamiento que la aceptó y después de obtener la aprobación de la comunicad, promueve fiestas, presentaciones teatrales y veladas, para recabar fondos.Así transcurre el año 1894 y se hace proverbio la palabra de Don Benigno Conde: "Amigo, deje caer su óbolo para nuestro reloj"Teniendo la necesidad de comprar una torre, abre una nueva suscripción a la que contribuye el Ayuntamiento con la suma de 2,000 pesos mexicanos. El entusiasmo crece, la comunidad colabora gustosa. Hasta el Presidente Hereaux (Lilís) contribuye económicamente con esta obra.Se aprovecha la estadía del distinguido munícipe, Don Toribio García, en París, Francia, a través de él se realiza la compra, de un reloj que había sido fabricado por el famoso relojero de París, Pablo Gamieur y que estaba ya sirviendo por algunos años en la ciudad de San Germán. Hubo de hacerse algunas reparaciones antes de traerlo al paísEl 11 de Marzo de 1895 arribó al puerto de Montecristi, el Barco "Lavonia", con el Reloj Público y su torre kiosco. Para recibirlo, el señor Conde se hizo acompañar de sus más entusiastas colaboradores y de la Banda de Música.  Se inició desde el puerto una marcha, llevando en vagones del tranvía y carros del ferrocarril, que fue paseando, con el alborozo de todo el pueblo, toda la calle Del Comercio, hoy Presidente Vásquez, y después depositado en el centro de la Plaza de Armas. Ese mismo día, en la residencia de Don Benigno Conde, que estaba situada en el No.39 de la que hoy es Calle San Fernando esquina Calle Duarte, antes denominadas "Triana" y "De la Marina",  hubo muchas congratulaciones, breves discursos, muestras de alegría nacidos del júbilo, porque ya pronto la ciudad iba a disponer del beneficio de tan importante obra.

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